La vida no es fácil, así que cuando, irremediablemente, surgen problemas, puedes:
a) solucionarlos
b) lamentarte
c) quedarte en estado de shock
Las 2 últimas son bastante inútiles.
Yo casi siempre me empeño en solucionarlos obsesivamente, pero esta vez me he abandonado en un lamento quejumbroso. Y un lamento lleva a otro y los problemas por contagio se hicieron más pesados y más tristes, hasta arrastrar los pies.
Sin embargo una siesta reponedora ha venido hoy a socorrerme y me ha dicho «deja de quejarte y haz algo» (eso me ha dicho!)… y desde ese momento todo ha ido mejor:
Los del servicio técnico de Apple serán unos taraos, pero los de atención al cliente son unos benditos que me han atendido amablemente y me van a cambiar la batería del portátil por una nueva.
También he arreglado el estractor y me han aparecido un par de cosas perdidas …
Si es que lo que no arregle una siesta!
«La siesta a referendum en Hungría» (El País)
Una respuesta a «Húngaros, mi voto a favor de la siesta!»
A veces uno se levanta medio atontolinao, pero sí, bendita siesta.
Saludos, amiguete.