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Lo que tengo que oir en mi trabajo…

…sobre la ley de igualdad en el trabajo.

uuummm … creo q voy relajarme un poco, descabrearme y a escribir luego …

(varios días después…)

Como iba diciendo, mi curro actual está lleno de retrógrados machista y pa muestra un botón:

Un personaje hablaba (cerca de mi puesto de trabajo) de la ley de paridad. Esta ley obliga, en España, a que haya presencia equilibrada de sexos en cargos directivos. Es una medida de discriminación positiva contra el hombre, con el fin de combatir el machismo en los sectores más perjudicados, por ejemplo los altos cargos.

Argumentaba el señor, que esta ley era un error terrible ya que, en algunos casos, el presidente de una empresa tenía que contratar a su secretaria como directiva por falta de mujeres cualificadas para el puesto.

Todo esto es muy discutible, pero puede que no le falte razón. Seguro que al abrir las puertas, es fácil pensar en la posibilidad de que no haya suficientes mujeres igual de competitivas que los ya experimentados señores, pero digo yo que esto es un mal menor, que en unos años se solventa y hemos conseguido que el mundo sea un poquito mejor. Claro que este tipo no era capaz ni de llegar a una reflexión tan simple.

Pero no contento con esto, va y suelta el carcamal este:
«… porque si de lo que se trata es de poner cuerpos bonitos en los cargos de dirección, entonces lo q deberíamos hacer es invertir en fitness y dejarnos de tonterías! ….»

O_o
toma-ya

es pa cabrearse o no?
… desde entonces busco otro curro 😀

3 respuestas a «Lo que tengo que oir en mi trabajo…»

«Me ponga un cambio de curro con patatas fritas…

Y rapidito, que tengo cita en el dermatólogo pa que me mire la urticaria esta que me ha salido»

Pero mirándolo por el lado positivo, siempre he pensado que un poco de vinagre es muy terapéutico (mantiene el nivel de acidez y cinismo necesario para desenvolverse en el mundo moderno : )

Si ya lo decía el tal Murphy ese… ‘La importancia del cargo que se ocupa es inversamente proporcional a la cualificación para el mismo’. Por desgracia, una verdad como un puño (comprobado en las carnes de un servidor y supongo que por mucha gente más)

😉

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