Mientras esperas que te traigan el pedido que has hecho por internet, te va cosquilleando la impaciencia. Y cuando pasa una semana, empiezas a preguntarte cada día ¿me lo traerán hoy?. Cada vez que abra la puerta de la oficina un desconocido detendrás todos tus movimientos y dirigirás rápidamente una tensa mirada a sus manos. Cuando pasan 10 días y no llega, la inquietud te devora y acude a ti mil veces la duda ¿es demasiado pronto o ya puedo preguntar?. Y preguntas. Por mail. Y nadie contesta en dos días, así que decides presionar y llamar por teléfono.
– Sí, llegó su mail hace unos días y lo reportamos al almacén…
Y no te avisan! por lo visto cuentan con que su cliente debe tener telepatía. Cancelé el pedido. empresa 0 / cliente -1
El mismo día fui a comprar a la frutería del mercado. Había un señor delante mía que no se decidía entre berenjenas o calabacines. De repente apareció delante de mi nariz, sigilosa, una mandarina. La sostenía una de las chicas de la frutería que se encogió de hombros y me dijo: mientras esperas…
Dos formas diferentes de tratar a tu cliente mientras espera.